Qué hay que saber
- En situaciones críticas, la forma en que una organización comunica puede marcar la diferencia entre el colapso reputacional y la recuperación.
- La comunicación en gestión de crisis es una herramienta esencial que permite a líderes, gerentes y voceros manejar situaciones adversas con claridad, responsabilidad y serenidad.
- La rapidez con la que la información se propaga en plataformas como Twitter, Facebook o LinkedIn exige una vigilancia constante y respuestas calculadas.
En situaciones críticas, la forma en que una organización comunica puede marcar la diferencia entre el colapso reputacional y la recuperación. La comunicación en gestión de crisis es una herramienta esencial que permite a líderes, gerentes y voceros manejar situaciones adversas con claridad, responsabilidad y serenidad.
Una crisis, ya sea interna o externa, genera incertidumbre. Cuando las personas no tienen información confiable, tienden a especular o confiar en fuentes no oficiales. Por ello, una comunicación oportuna, clara y empática puede reducir el impacto emocional y operativo de la crisis, evitando daños mayores.
Numerosos casos en la historia corporativa han demostrado que una mala comunicación puede amplificar el daño. Desde derrames químicos hasta escándalos de reputación, las organizaciones que actúan con transparencia y firmeza logran salir fortalecidas. La clave está en establecer un mensaje coherente y actuar con empatía hacia todas las partes afectadas.
Principios fundamentales de la comunicación en crisis
Los fundamentos de la comunicación efectiva durante una crisis se centran en tres principios esenciales: transparencia, rapidez y coherencia. Comunicar con honestidad, aunque no se tengan todas las respuestas, genera confianza. Ocultar información, en cambio, agrava el problema y deteriora la imagen institucional.
La rapidez es otro factor determinante. El silencio prolongado puede ser interpretado como indiferencia o culpa. La comunicación debe ser ágil, pero sin perder precisión. Esto implica preparar mensajes previamente y contar con un equipo entrenado.
Por último, la coherencia del mensaje a través de todos los canales y voceros es vital. Contradicciones entre distintas áreas o representantes generan confusión. Es fundamental unificar el discurso y asegurarse de que todos los miembros del equipo estén alineados con la estrategia comunicacional.
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Fases de una crisis y cómo comunicar en cada una
Las crisis tienen diferentes etapas y cada fase requiere una estrategia de comunicación específica.
En la fase de prevención, las organizaciones deben anticiparse a posibles escenarios. Esto implica tener un plan de comunicación de crisis, capacitar al personal y establecer protocolos claros. La prevención también incluye crear una reputación sólida que pueda amortiguar el impacto si la crisis ocurre.
Durante la fase de respuesta, la organización debe actuar con rapidez y decisión. Aquí es donde el equipo de comunicación entra en acción: se definen los mensajes clave, se designa al vocero oficial y se seleccionan los canales apropiados. La comunicación debe ser constante, veraz y empática.
La fase de recuperación es igualmente crucial. Una vez que la crisis está bajo control, la empresa debe enfocarse en reconstruir la confianza. Esto incluye realizar informes transparentes, pedir disculpas si es necesario y establecer medidas de mejora. La recuperación no solo es operacional, también es reputacional.
Canales y herramientas de comunicación en crisis
Una comunicación de crisis efectiva requiere utilizar diversos canales según el público objetivo. Los medios tradicionales como comunicados de prensa, radio y televisión siguen siendo relevantes, especialmente en crisis de gran escala. Sin embargo, los canales digitales han adquirido un papel protagónico.
Las redes sociales, por ejemplo, permiten una difusión inmediata, pero también presentan riesgos si no se gestionan adecuadamente. La rapidez con la que la información se propaga en plataformas como Twitter, Facebook o LinkedIn exige una vigilancia constante y respuestas calculadas.
El vocero oficial es otra herramienta clave. Esta persona debe estar entrenada en comunicación en crisis, manejo de medios y control emocional. Su papel es ser el rostro visible de la organización, proyectando calma, autoridad y claridad.
Errores comunes en la comunicación durante crisis
Uno de los errores más frecuentes es minimizar el problema o actuar como si no existiera. Esta actitud suele ser interpretada como negligencia y puede desatar una ola de críticas. El primer paso en una crisis es reconocerla con seriedad y asumir responsabilidad si corresponde.
Otro error común es contradecirse entre voceros o departamentos. Cuando distintos representantes ofrecen versiones distintas, se pierde la credibilidad. Por ello, es vital establecer un mensaje unificado desde el primer momento.
Finalmente, carecer de empatía o actuar de forma defensiva puede agravar la situación. Las audiencias esperan una actitud humana, compasiva y proactiva. Un comunicado que solo busca proteger la imagen corporativa sin considerar a las personas afectadas puede volverse en contra de la organización.
Comunicación interna en tiempos de crisis
La comunicación interna es tan importante como la externa. Los colaboradores son embajadores naturales de la organización y, si no están bien informados, pueden convertirse en una fuente de rumores o desinformación.
Durante una crisis, es esencial que los líderes mantengan una comunicación fluida, abierta y constante con sus equipos. Esto no solo reduce la ansiedad, sino que también refuerza la confianza y la cohesión. Los empleados deben sentirse parte de la solución, no como víctimas pasivas de la situación.
Los canales más eficaces para la comunicación interna incluyen emails institucionales, reuniones virtuales o presenciales, aplicaciones de mensajería empresarial (como Slack o Microsoft Teams) y boletines internos. Además, se recomienda crear espacios de escucha activa para que los equipos expresen sus inquietudes.
Construir un plan de comunicación de crisis
Un plan de comunicación de crisis debe ser un documento vivo, que se actualice periódicamente y que contemple distintos escenarios. Entre sus elementos esenciales destacan:
- Un comité de crisis claramente definido
- Lista de contactos clave y públicos objetivos
- Protocolos de acción y flujo de aprobación de mensajes
- Mensajes modelo para cada tipo de crisis
- Entrenamiento regular del equipo de comunicación
También debe contemplar mecanismos de monitoreo y análisis de medios, simulacros anuales y protocolos de evaluación post-crisis. Una organización preparada no elimina las crisis, pero sí reduce drásticamente su impacto.
Crisis reputacionales y redes sociales
Hoy en día, muchas crisis reputacionales comienzan o escalan en redes sociales. Una queja mal atendida, un video viral o un comentario fuera de lugar pueden desatar una tormenta digital en minutos. Por ello, el equipo de comunicación debe monitorear permanentemente las menciones en redes.
Las respuestas deben ser rápidas, empáticas y estratégicas. Un error común es borrar comentarios negativos o bloquear usuarios, lo cual suele provocar reacciones adversas. En su lugar, es mejor ofrecer una solución pública y continuar el diálogo en privado si es necesario.
Es crucial contar con una política de uso de redes sociales clara para todos los colaboradores y designar personal especializado en crisis digitales. Además, herramientas como Hootsuite, Brandwatch o Sprout Social pueden ayudar a detectar problemas antes de que se salgan de control.
Ejemplos reales y aprendizajes
Uno de los casos más conocidos de buena comunicación en crisis es el de Johnson & Johnson durante el escándalo del Tylenol en 1982. Tras el envenenamiento de varios consumidores, la empresa retiró millones de unidades del mercado, comunicó abiertamente su estrategia y recuperó la confianza del público.
En contraste, la crisis de United Airlines en 2017, tras la expulsión violenta de un pasajero, fue mal manejada. Las declaraciones defensivas, la tardanza en pedir disculpas y la falta de empatía generaron un daño profundo a la marca.
Cada crisis es distinta, pero los aprendizajes son universales: comunicar con humanidad, actuar con rapidez y priorizar el bienestar de las personas afectadas.
La comunicación post-crisis
Una vez superada la emergencia, comienza una etapa clave: la comunicación post-crisis. Esta fase es vital para cerrar el ciclo, restaurar la imagen y evitar que el problema se repita.
Es importante mantener informados a todos los públicos sobre los cambios implementados, las mejoras realizadas y las lecciones aprendidas. También se deben reconocer los errores, pedir disculpas si corresponde y mostrar un compromiso renovado con los valores institucionales.
La evaluación post-crisis incluye encuestas de percepción, análisis de cobertura mediática y sesiones de retroalimentación con el equipo. Todo esto debe alimentar la mejora continua del plan de crisis y fortalecer la capacidad de respuesta futura.
Preguntas frecuentes
Es el conjunto de estrategias y acciones que una organización utiliza para informar, explicar y gestionar su relación con los públicos durante una situación crítica, con el fin de reducir el impacto negativo.
Debe incluir roles y responsabilidades, mensajes predefinidos, canales de comunicación, voceros designados, protocolos de actuación, estrategias digitales y mecanismos de monitoreo.
Se debe responder con rapidez, empatía y transparencia, evitando eliminar comentarios negativos. Es vital tener un equipo capacitado y herramientas de monitoreo activo.
Minimizar el problema, contradecirse, no asumir responsabilidad, actuar sin empatía y perder el control del mensaje.
Porque representa la voz de la organización ante medios y públicos. Debe saber comunicar con seguridad, empatía y claridad, evitando improvisaciones que puedan escalar la crisis.

Bernardo Villar es un entrenador internacional de liderazgo transformacional, escritor y divulgador de temas de liderazgo y potencial humano con cuatro libros publicados sobre el tema del liderazgo.