Qué hay que saber
- Su estilo, basado en la empatía, la comunicación clara y la firmeza en la toma de decisiones, ha redefinido lo que significa liderar en la política moderna.
- Desde su llegada al poder en 2017 hasta su renuncia en 2023, Ardern dejó huella como una de las líderes más influyentes de nuestra era, demostrando que la compasión puede convivir con la autoridad.
- Jacinda Ardern asumió el cargo de primera ministra de Nueva Zelanda en 2017, convirtiéndose en una de las jefas de Estado más jóvenes del mundo con apenas 37 años.
El liderazgo de Jacinda Ardern se ha convertido en un caso de estudio en todo el mundo. Su estilo, basado en la empatía, la comunicación clara y la firmeza en la toma de decisiones, ha redefinido lo que significa liderar en la política moderna. Desde su llegada al poder en 2017 hasta su renuncia en 2023, Ardern dejó huella como una de las líderes más influyentes de nuestra era, demostrando que la compasión puede convivir con la autoridad.
Su ejemplo trascendió más allá de Nueva Zelanda: inspiró a empresas, instituciones y a toda una generación de líderes que buscan un modelo humano, cercano y efectivo. En este artículo exploraremos los pilares del liderazgo de Jacinda Ardern, sus principales logros, las críticas que enfrentó y las lecciones que deja para el futuro.
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Contexto y ascenso al liderazgo
Jacinda Ardern asumió el cargo de primera ministra de Nueva Zelanda en 2017, convirtiéndose en una de las jefas de Estado más jóvenes del mundo con apenas 37 años. Su llegada simbolizó un cambio generacional y cultural en la política: una mujer joven, madre durante su mandato, y con un estilo contrario a la rigidez de los liderazgos tradicionales.
El contexto global era complejo: crisis económicas intermitentes, el auge del populismo y una creciente desconfianza hacia las instituciones. En ese escenario, Ardern emergió como un rostro fresco, con un discurso inclusivo y un liderazgo enfocado en la conexión emocional con la ciudadanía.
Este contraste la convirtió rápidamente en un referente internacional, posicionándola como un ejemplo de liderazgo progresista y humano en tiempos de incertidumbre.
La empatía como pilar de su liderazgo
El rasgo más distintivo del liderazgo de Jacinda Ardern es la empatía. No se limitó a tomar decisiones políticas, sino que buscó generar confianza a través de la cercanía y la comprensión hacia las personas.
Un momento emblemático fue su respuesta a los atentados terroristas de Christchurch en 2019. Ardern se presentó junto a la comunidad musulmana usando un hijab en señal de respeto, mostrando solidaridad genuina y acompañando el dolor colectivo. Su frase “Ellos son nosotros” se convirtió en símbolo de unidad nacional.
Este enfoque no solo generó reconocimiento mundial, sino que también consolidó un nuevo paradigma en la política: liderar desde la compasión puede ser más poderoso que liderar desde la distancia y el control.
La firmeza en la toma de decisiones
Si bien la empatía fue su sello, Jacinda Ardern también mostró una firmeza notable al enfrentar situaciones críticas. Tras Christchurch, impulsó en tiempo récord una reforma de control de armas que prohibió los rifles semiautomáticos, una medida que en muchos países resultaría casi imposible.
Durante la pandemia de COVID-19, adoptó medidas tempranas y estrictas que lograron contener el virus de manera ejemplar en Nueva Zelanda. Su comunicación diaria con la población, combinando empatía y decisiones firmes, reforzó la confianza en su liderazgo.
Este balance entre sensibilidad y determinación fue lo que le permitió gobernar con efectividad y credibilidad, incluso en los momentos más difíciles.
Comunicación clara y auténtica
Otro aspecto clave del liderazgo de Jacinda Ardern fue su estilo comunicativo. Usó un lenguaje sencillo, directo y accesible, alejado de tecnicismos políticos. Esto fortaleció la percepción de que era una líder genuina y transparente.
Las transmisiones en vivo desde su hogar, en ocasiones con su hija en brazos, humanizaron aún más su imagen. Esta cercanía rompió las barreras entre gobernante y ciudadanía, mostrando que un líder no necesita ocultar su humanidad para ser respetado.
Su habilidad comunicativa se convirtió en una ventaja estratégica para mantener la cohesión social y transmitir calma en momentos de incertidumbre.
Desafíos y críticas a su gestión
Aunque el liderazgo de Jacinda Ardern recibió elogios internacionales, también enfrentó críticas internas. Algunos sectores consideraron que sus políticas económicas no lograron cambios estructurales profundos y que el “estilo empático” no siempre se tradujo en resultados tangibles.
Su renuncia en 2023 abrió un debate sobre el costo personal de liderar con tanta exposición emocional. Ardern reconoció que ya no tenía la energía necesaria para seguir, lo que visibilizó la importancia del autocuidado en el ejercicio del poder.
Estos desafíos muestran que la empatía debe complementarse con estructuras sólidas y equipos capaces de sostener las demandas del liderazgo.
Lecciones del liderazgo de Jacinda Ardern
El legado de Ardern deja enseñanzas clave para líderes de la política, empresas y organizaciones:
- La empatía no es debilidad, es poder: escuchar y conectar genera cohesión y confianza.
- La firmeza debe equilibrar la compasión: tomar decisiones difíciles con sensibilidad refuerza la autoridad.
- La autenticidad es estratégica: comunicar con transparencia y cercanía fortalece la credibilidad.
- El liderazgo humano exige autocuidado: reconocer los límites también es un acto de responsabilidad.
Estas lecciones invitan a repensar el liderazgo en el siglo XXI, priorizando la humanidad sin sacrificar la eficacia.
Preguntas Frecuentes
La combinación de empatía y firmeza en la toma de decisiones.
Con un enfoque humano, solidario y con una rápida reforma de control de armas.
Lideró con medidas tempranas y comunicación clara, logrando contener la propagación del virus.
Alegó falta de energía para continuar, evidenciando la importancia del bienestar emocional en el liderazgo.
Que es posible liderar con compasión, autenticidad y firmeza, inspirando confianza y resultados.
Conclusión
El liderazgo de Jacinda Ardern demostró que es posible ser un líder firme sin renunciar a la empatía. Su legado marca un antes y un después en la política, mostrando que la humanidad puede convertirse en la mayor fortaleza de un dirigente.
Su ejemplo inspira a líderes actuales y futuros a gobernar con sensibilidad, transparencia y coraje, recordando que el verdadero poder no reside en imponerse, sino en conectar y transformar desde la cercanía.

Bernardo Villar es un entrenador internacional de liderazgo transformacional, escritor y divulgador de temas de liderazgo y potencial humano con cuatro libros publicados sobre el tema del liderazgo.