El liderazgo autocrático es uno de los estilos de dirección más antiguos y controvertidos dentro del ámbito organizacional. Se caracteriza por la concentración total del poder y la toma de decisiones en una sola persona: el líder. En este modelo, la autoridad fluye de arriba hacia abajo y las órdenes se ejecutan sin cuestionamientos, lo que permite un control absoluto sobre el grupo o la institución. Aunque a menudo se asocia con rigidez, autoritarismo y falta de participación, el liderazgo autocrático puede resultar efectivo en contextos donde la disciplina, la rapidez en la toma de decisiones y la precisión son esenciales, como en entornos militares, industriales o en situaciones de crisis. Este estilo ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a las necesidades modernas de gestión, y hoy en día se analizan tanto sus limitaciones en la motivación y creatividad del equipo como sus ventajas en la eficiencia y el cumplimiento de objetivos. Comprender el liderazgo autocrático permite explorar no solo sus raíces históricas y su impacto en la cultura organizacional, sino también los equilibrios necesarios para ejercer autoridad sin caer en el abuso de poder.



