El liderazgo burocrático es un modelo que se fundamenta en la estructura, las normas y los procedimientos formales para mantener el orden y la eficiencia dentro de una organización. Se caracteriza por su enfoque en la jerarquía, la división clara de funciones y la aplicación estricta de políticas establecidas. Este tipo de liderazgo, inspirado en las teorías de Max Weber, busca minimizar la improvisación y garantizar la imparcialidad mediante reglas que rigen el comportamiento tanto de los líderes como de los subordinados. En entornos donde la precisión, la consistencia y la rendición de cuentas son fundamentales —como en instituciones gubernamentales, grandes corporaciones o entidades educativas— el liderazgo burocrático permite mantener el control y la estabilidad. Sin embargo, también plantea desafíos, ya que su rigidez puede limitar la innovación y la adaptación al cambio. Comprender este estilo de liderazgo es esencial para evaluar cómo las estructuras formales influyen en la toma de decisiones, la motivación del personal y la capacidad de respuesta ante entornos dinámicos.




