Qué hay que saber
- En entornos cada vez más complejos, donde la colaboración entre múltiples equipos y áreas es la norma, contar con estructuras claras de responsabilidad y toma de decisiones se vuelve crítico.
- La gobernanza de proyectos se refiere al conjunto de estructuras, procesos y reglas que aseguran que los proyectos estén alineados con los objetivos estratégicos de la organización.
- A diferencia de la gestión de proyectos, que se enfoca en la ejecución, la gobernanza define quién toma decisiones, cómo se toman y bajo qué principios.
La gobernanza de proyectos es un componente esencial para garantizar que las iniciativas empresariales logren sus objetivos de manera eficiente, ordenada y transparente. En entornos cada vez más complejos, donde la colaboración entre múltiples equipos y áreas es la norma, contar con estructuras claras de responsabilidad y toma de decisiones se vuelve crítico. Entre los marcos más reconocidos que facilitan este proceso destacan RACI, DACI, RAPID y SPADE. Cada uno aporta un enfoque distinto para clarificar roles, responsabilidades y procesos de decisión, adaptándose a las necesidades de diferentes tipos de organizaciones y proyectos.
Este artículo explora en detalle estos modelos, sus similitudes, diferencias, ventajas y limitaciones. Además, ofrece ejemplos prácticos para que líderes de proyectos, gerentes y profesionales puedan aplicarlos con éxito en su día a día.
Gobernanza de proyectos y toma de decisiones
La gobernanza de proyectos se refiere al conjunto de estructuras, procesos y reglas que aseguran que los proyectos estén alineados con los objetivos estratégicos de la organización. A diferencia de la gestión de proyectos, que se enfoca en la ejecución, la gobernanza define quién toma decisiones, cómo se toman y bajo qué principios.
Cuando no existe claridad en la gobernanza, surgen conflictos comunes: decisiones duplicadas, retrasos por falta de definición, responsabilidades difusas o, incluso, la ausencia de responsables claros ante problemas críticos. Aquí es donde entran los marcos como RACI, DACI, RAPID y SPADE.
Estos modelos permiten:
- Reducir ambigüedades: cada persona sabe exactamente qué rol cumple.
- Acelerar decisiones: al definir de antemano quién aprueba y quién ejecuta.
- Mejorar la comunicación: al estructurar quién debe ser consultado y quién informado.
- Fomentar la responsabilidad: evitando que las tareas se diluyan en la confusión de equipos multidisciplinarios.
Con estas ventajas, se entiende por qué cada vez más organizaciones adoptan estos marcos de gobernanza, adaptándolos a sus propios contextos.
El modelo RACI
El modelo RACI es probablemente el más conocido y extendido. Sus siglas corresponden a:
- R (Responsible): la persona o equipo encargado de realizar la tarea.
- A (Accountable): el responsable final que debe aprobar o rechazar el resultado.
- C (Consulted): aquellos que aportan información o experiencia antes de la ejecución.
- I (Informed): quienes deben ser mantenidos al tanto de los avances y resultados.
Cuándo conviene aplicar RACI
RACI resulta útil en proyectos donde existen múltiples partes interesadas y es necesario establecer claridad sobre responsabilidades operativas. Se usa ampliamente en proyectos de ingeniería, construcción, tecnología e incluso en organizaciones gubernamentales.
Ejemplo práctico de matriz RACI
Imaginemos un proyecto para implementar un nuevo sistema de gestión de clientes (CRM):
- Responsable: el equipo de TI encargado de la configuración.
- Accountable: el director de sistemas, que valida la entrega.
- Consultados: los líderes de ventas y marketing, que aportan requerimientos.
- Informados: la alta dirección y el área de atención al cliente.
Esta matriz ayuda a evitar que múltiples áreas den órdenes contradictorias y asegura que la decisión final recaiga en una sola figura.
El modelo DACI
El modelo DACI es una evolución del RACI, utilizado principalmente en entornos de alta colaboración y velocidad. Sus siglas significan:
- D (Driver): la persona que impulsa la tarea y coordina su progreso.
- A (Approver): quien tiene la autoridad final para aprobar la decisión.
- C (Contributors): los que participan activamente aportando conocimiento o trabajo.
- I (Informed): los que necesitan estar al tanto del avance.
Diferencias con RACI
Aunque se parece a RACI, DACI enfatiza el rol del Driver, una figura que asegura la coordinación y el flujo del proyecto, algo que en RACI puede quedar implícito. Esto lo hace especialmente atractivo en proyectos ágiles o startups, donde la velocidad y la responsabilidad compartida son cruciales.
Caso práctico de uso
Supongamos que una startup de e-commerce quiere lanzar una nueva funcionalidad en su app:
- Driver: el product manager, que coordina el esfuerzo.
- Approver: el CTO, quien valida que la solución sea viable.
- Contributors: desarrolladores, diseñadores y especialistas en UX.
- Informed: el área de marketing y servicio al cliente.
Este modelo garantiza que el proyecto avance con rapidez sin perder control sobre la aprobación final.
El marco RAPID (Bain & Company)
El modelo RAPID, creado por Bain & Company, busca resolver problemas comunes de lentitud y ambigüedad en la toma de decisiones estratégicas. Sus siglas significan:
- R (Recommend): quienes investigan y proponen opciones.
- A (Agree): aquellos que deben dar su visto bueno.
- P (Perform): quienes ejecutan la decisión una vez tomada.
- I (Input): quienes aportan datos y perspectivas clave.
- D (Decide): la persona o grupo con la autoridad final.
Contextos ideales
RAPID se recomienda en situaciones donde las decisiones son complejas, con alto impacto estratégico. Por ejemplo, en fusiones empresariales, lanzamientos de nuevos productos globales o reestructuraciones internas.
Ejemplo aplicado
Una empresa multinacional debe decidir si abrir operaciones en un nuevo país:
- Recommend: equipo de planeación estratégica.
- Agree: comité de dirección financiera y legal.
- Perform: equipos locales de recursos humanos y operaciones.
- Input: asesores externos, expertos en el mercado destino.
- Decide: el CEO y la junta directiva.
El valor de RAPID radica en su capacidad de aclarar el camino de decisiones críticas sin paralizar a la organización.
El método SPADE
El modelo SPADE es menos conocido pero igualmente valioso, especialmente en decisiones colaborativas. Sus siglas representan:
- S (Setting): establecer el contexto y los objetivos de la decisión.
- P (People): definir quién debe participar en el proceso.
- A (Alternatives): identificar las distintas opciones disponibles.
- D (Decide): elegir la opción más adecuada.
- E (Explain): comunicar de manera clara la decisión y su justificación.
Orientación del SPADE
SPADE pone énfasis en la transparencia y la comunicación. No se trata solo de decidir, sino de explicar por qué se tomó una opción y no otra, lo que genera confianza y reduce resistencias al cambio.
Ejemplo práctico
Un comité de innovación debe decidir cuál de tres proyectos tecnológicos financiar:
- Setting: se busca innovación que genere ingresos en dos años.
- People: comité de innovación, líderes técnicos y finanzas.
- Alternatives: proyectos A, B y C con sus pros y contras.
- Decide: el comité elige el proyecto B.
- Explain: se comunica a toda la organización que se eligió B por su mayor retorno y menor riesgo.
Este modelo fomenta la aceptación y el alineamiento organizacional.
Comparativa entre RACI, DACI, RAPID y SPADE
Aunque todos buscan ordenar la gobernanza de proyectos, tienen diferencias clave:
- RACI: ideal para definir roles en la ejecución de proyectos.
- DACI: mejor en entornos ágiles y colaborativos, donde un Driver acelera el avance.
- RAPID: enfocado en decisiones estratégicas de alto nivel.
- SPADE: promueve la transparencia y aceptación en decisiones participativas.
En resumen:
- Use RACI cuando lo importante es clarificar quién hace qué.
- Use DACI cuando se requiera coordinación ágil y rápida.
- Use RAPID para decisiones de gran impacto estratégico.
- Use SPADE cuando la comunicación y aceptación sean críticas.
Buenas prácticas para implementar estos modelos
Adoptar RACI, DACI, RAPID o SPADE no es suficiente si no se aplican con disciplina. Algunas recomendaciones son:
- Capacitación del equipo: todos deben comprender el significado de cada rol.
- Documentación clara: usar matrices visuales o plantillas compartidas.
- Adaptación al contexto: no todos los proyectos necesitan la misma rigurosidad.
- Revisión constante: los roles deben actualizarse si cambian las condiciones del proyecto.
- Evitar la burocracia excesiva: estos modelos buscan claridad, no rigidez.
Integrarlos con metodologías ágiles como Scrum o con marcos tradicionales como PMI puede ser clave para aprovechar lo mejor de ambos mundos.
Casos de éxito y ejemplos reales
- RACI en construcción: grandes proyectos de infraestructura lo usan para coordinar contratistas, subcontratistas y autoridades reguladoras.
- DACI en startups tecnológicas: ayuda a lanzar nuevas funcionalidades sin detenerse en discusiones interminables.
- RAPID en corporativos globales: utilizado para definir estrategias de entrada a mercados emergentes.
- SPADE en ONGs: ideal para tomar decisiones colectivas con transparencia, especialmente cuando participan múltiples financiadores.
Estos casos muestran que no existe un único modelo superior, sino que la clave está en elegir el adecuado para cada situación.
Conclusión
La gobernanza de proyectos no puede quedar al azar. Modelos como RACI, DACI, RAPID y SPADE ofrecen herramientas prácticas para clarificar roles y agilizar decisiones. Comprender sus diferencias permite a líderes y equipos seleccionar el que mejor se ajuste a su realidad, evitando conflictos y mejorando la efectividad.
En un mundo empresarial donde la colaboración es imprescindible, dominar estos marcos no solo es una ventaja competitiva, sino una necesidad para garantizar el éxito de los proyectos.
Preguntas frecuentes
RACI se centra en responsabilidades, mientras DACI añade el rol de Driver para coordinar y acelerar la ejecución.
En proyectos estratégicos y de alto impacto, como fusiones, expansiones internacionales o decisiones corporativas críticas.
Sí, porque fomenta la participación y transparencia, elementos fundamentales en entornos ágiles.
Se puede usar una tabla con tareas en filas y roles en columnas, asignando R, A, C o I según corresponda.
Sí, es común usar RACI para la ejecución y RAPID para decisiones estratégicas, por ejemplo.

Bernardo Villar es un entrenador internacional de liderazgo transformacional, escritor y divulgador de temas de liderazgo y potencial humano con cuatro libros publicados sobre el tema del liderazgo.